Otro mito es: no hay que preguntar para no dar ideas
Si la persona tiene la idea y se dan ciertas condiciones lo va a hacer. Si su estructura no se acomoda a la de un suicida, la pregunta no lo va a inducir. La idea de suicidarse no viene por pensar en una posibilidad que no se le había ocurrido, como si tuviera muchas opciones. El suicida se percibe en un callejón sin salida. No quiere más vivir así. No es que quiera matarse, quiere matar la vida que lleva, quiere acabar con la angustia y el único modo que encuentra es acabándose. Aún los suicidios que tienen que ver con castigar a otro, responden a una angustia propia e insoportable.
Conclusión: todo aviso o señal que haga pensar en la posibilidad de suicidio debe ser tenida en cuenta y se debe ofrecer ayuda. Es mejor quedar como un exagerado o desubicado que haber podido hacer algo para ayudar al que no encontraba ninguna otra salida para acabar con su angustia.